Virus sincitial respiratorio
El virus respiratorio sincitial (VSR) es un virus envuelto, helicoidal, de cadena sencilla de ARN (-) con un diámetro de 150 a 200 nm. Es el principal agente etiológico de infecciones del tracto respiratorio en niños menores de 2 años, en los que produce bronquiolitis, neumonías, traqueobronquitis y otitis medias, dando lugar a importantes brotes epidémicos en población lactante durante el invierno de climas templados. En áreas tropicales, este carácter epidémico está menos claramente marcado.
Características clínicas: El VSR es un virus muy común que ocasiona síntomas leves similares a los del resfriado en los adultos y en los niños mayores sanos. Puede ser más serio en los bebés, especialmente en aquellos que están en ciertos grupos de alto riesgo.
El VSR se disemina fácilmente por contacto físico. El hecho de tocar, besar y estrechar la mano a una persona infectada puede propagarlo. La enfermedad se transmite de una persona a otra a través del contacto con gotitas diminutas contaminadas u objetos que han entrado en contacto con ellas.
Los síntomas varían según con la edad. Afecta con más gravedad a los bebés menores de 1 año, que son también los que presentan con frecuencia la mayor dificultad respiratoria. Los niños mayores generalmente sólo presentan síntomas moderados y pseudogripales. Los síntomas generalmente aparecen de 4 a 6 días después de tener contacto con el virus.
Diagnóstico: La infección por VSR puede ser diagnosticada en el laboratorio por métodos directos (detección de antígeno en muestra directa, técnicas de cultivo celular y detección de ácidos nucleicos) o mediante pruebas serológicas para medir la presencia de anticuerpos IgM o el aumento de los títulos de IgG. Las líneas celulares heteroploides HEp‐2 o Vero son usadas en muchos laboratorios para el cultivo de VSR.
Tratamiento: Hasta hoy, el tratamiento del VRS consiste en hidratación y oxigenación hasta que la enfermedad complete su ciclo. Los antibióticos no curan el VSR y las infecciones leves desaparecen sin tratamiento. Los bebés y niños con una infección severa por este virus pueden requerir hospitalización para recibir oxígeno, aire humidificado y líquidos intravenosos. También es posible que se necesite un respirador (ventilador).