Acanthamoeba castellanii
El género Acanthamoeba incluye amebas de vida libre que presentan dos fases en su ciclo de vida: quistes (la forma de resistencia) y trofozoítos (el estadío replicativo). Han sido encontradas en ambientes variados (mar, aguas dulces, piscinas, lentes de contacto, equipamiento y soluciones dentales, sistemas de aire acondicionado, tejidos animales). Puede causar keratitis severa en individuos sanos (particularmente usuarios de lentes de contacto) así como encefalitis amébica, enfermedad diseminada o lesiones en la piel en individuos inmunodeprimidos. Las especies de Acanthamoeba se clasifican en tres grupos morfológicos. Al Grupo I pertenecen aquéllas con quistes de gran tamaño con paredes exteriores redondeadas (ectoquistes) y que están claramente separadas de las paredes internas (endoquistes). Los quistes del Grupo II son más pequeños, con formas endoquísticas variables. En el Grupo III se engloban los quistes más pequeños, con paredes escasamente separadas. Los patógenos humanos importantes pertenecen al Grupo II, aunque A. culbertsoni, del Grupo III, es también un patógeno reconocido. Ocho especies Acanthamoeba han sido aisladas como agentes etiológicos en la queratitis por Acanthamoeba: A. castellanii, A. polyphaga, A. culbertsoni, A. hatchetti, A. rhysodes, A. lugdunensis, A. quina y A. griffini.
Características clínicas: La queratitis por Acanthamoeba es una infección que afecta a la córnea y cuya presentación clínica es muy variable. Las personas afectadas presentan malestar, fotofobia, disminución de la agudeza visual, lagrimeo y dolor o enrojecimiento del ojo. La infección puede afectar a ambos ojos. El dolor es una característica clásica de la queratitis por Acanthamoeba, sin embargo, especialmente al principio de la enfermedad, no se debe descartar el diagnóstico por la falta de dolor. Debido a las similitudes con las manifestaciones clínicas de las infecciones fúngicas, bacterianas o de la infección bacteriana de la córnea, el diagnóstico puede ser erróneo y aplicar un tratamiento basado en antibióticos o corticoides inadecuado. Esta terapia puede aliviar los síntomas al principio pero dificultara el diagnóstico más adelante.
Diagnóstico: El primer paso en el diagnóstico de Acanthamoeba keratitis es tener un alto grado de sospecha, especialmente en el caso de usuarios de lentes de contacto con un diagnóstico reciente de otra forma de queratitis, como la queratitis por el virus del Herpes simplex, y que no estén respondiendo al tratamiento. El diagnóstico se realiza en base al cuadro clínico y al aislamiento de los organismos procedentes del cultivo de la córnea o la detección de trofozoitos y/o quistes en la histopatología. Sin embargo, un cultivo negativo no excluye necesariamente la infección por Acanthamoeba. La microscopía confocal y los ensayos de PCR son técnicas recomendadas para el diagnóstico de la Acanthamoeba.
Tratamiento: Un diagnóstico temprano es esencial para el tratamiento eficaz de la queratitis por Acanthamoeba. La infección puede ser difícil de tratar debido a la naturaleza flexible de la forma del quiste. Los tratamientos actuales suelen incluir un antiséptico catiónico tópico. La duración del tratamiento puede durar de seis meses a un año. El dolor puede ser aliviado con soluciones tópicas ciclopéjicas y medicamentos no esteroideos. El uso de corticosteroides para controlar la inflamación es controvertido. La queratoplastia penetrante puede ayudar a restablecer la agudeza visual.