Papilomavirus
Los papilomavirus (VPH) son virus desnudos, icosaédricos, de doble cadena de ADN, con un diámetro de 45 a 55 nm. Infectan tejidos epiteliales de todo el cuerpo produciendo lesiones tanto benignas como malignas que incluyen las verrugas comunes y genitales.
Se conocen más de 100 tipos virales que, en base a su asociación con el cáncer cervical y las lesiones precursoras, pueden agruparse en tipos de alto y bajo riesgo. En la actualidad no hay ninguna duda de que la infección persistente por el virus del papiloma humano, especialmente por los genotipos 16 y 18, conlleva un importante riesgo de desarrollar lesiones CIN3 o más severas en el cuello del útero en un periodo de tiempo más o menos largo. Estas lesiones, sin tratamiento, desembocarán en cáncer invasivo en la mayoría de los casos.
Características clínicas: La infección producida por el virus del papiloma humano, que habitualmente se trasmite por las relaciones sexuales, habitualmente no suele producir ningún tipo de síntoma cuando se localiza en el cuello del útero y/o en la vagina. En cambio si la afectación es vulvar o perineal, suele ser habitual la presencia de picor que suele acentuarse en la época próxima a la menstruación.
Existen muchos tipos diferentes de VPH; algunas cepas de este virus llevan a cáncer cervical, otras cepas pueden causar verrugas genitales, mientras que otras no causan ningún problema en absoluto. El desarrollo del cáncer cervical generalmente es muy lento y comienza como una afección precancerosa llamada displasia. Esta afección precancerosa se puede detectar por medio de una citología vaginal y es 100% tratable. La mayor parte del tiempo, el cáncer cervical es asintomático. Los síntomas que se pueden presentar abarcan: flujo vaginal continuo, sangrado vaginal anormal, períodos menstruales más abundantes y que duran más de lo normal así como sangrados después de la menopausia. Los síntomas del cáncer cervical avanzado comprenden: inapetencia, pérdida de peso, fatiga, dolor pélvico, dolor de espalda, dolor en las piernas, inflamación en una sola pierna, sangrado vaginal profuso, fuga o filtración de orina o heces por la vagina y fracturas óseas.
Diagnóstico: El diagnóstico de las lesiones inducidas por VPH es fundamentalmente clínico. La realización de una biopsia simple (con estudio histopatológico y molecular) puede ser necesaria como apoyo diagnóstico. El diagnóstico microbiológico de las infecciones por VPH, se realiza por técnicas de microbiología molecular ya que son virus no cultivables y la detección de anticuerpos por técnicas serológicas no aporta ninguna información sobre el genotipo infectante ya que utiliza un antígeno común.
Tratamiento: El tratamiento del cáncer cervical depende de la etapa de éste, del tamaño y forma del tumor, la edad, la salud general de la mujer y su deseo de tener hijos en el futuro. El cáncer cervical precoz se puede curar con la extirpación o destrucción de los tejidos precancerosos o cancerosos. Existen diversas formas quirúrgicas de hacer esto sin extirpar el útero ni dañar el cuello uterino, de tal manera que la mujer pueda aún tener hijos en el futuro.