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Pneumocystis jirovecii

Pneumocystis jirovecii (P. jirovecii), anteriormente llamado P. carinii, es un hongo atípico, oportunista, extracelular, ubicuo, unicelular, no cultivable, y patógeno que parasita casi de forma exclusiva el árbol respiratorio del ser humano, afectando a individuos con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y pacientes con inmunodepresión debida a otras causas, en los que produce una neumonía (Pneumocystis pneumonia (PcP)) grave con una alta tasa de morbilidad y mortalidad.

Características clínicas: en la mayoría de los pacientes, se presenta un cuadro de pneumonitis que progresa a pneumonía (PCP). Existen, al menos, 3 patrones distintos según sean las manifestaciones clínicas o el estado inmune del paciente:

Pacientes con inmunosupresión severa, como lo es el caso de niños con desnutrición severa o inmunodeficiencias congénitas, y en pacientes con VIH con CD4 muy bajos. Este patrón se caracteriza por hipoxemia con tos y disnea leves, la mayoría sin fiebre. Los niños pueden progresar a insuficiencia respiratoria, evidenciándose presencia de aleteo nasal y tirajes intercostales con cianosis en casos severos.

Pacientes con inmunodeficiencia desconocida, con comienzo súbito de hipoxemia, fiebre, tos, taquipnea y disnea, la cual progresa rápidamente a compromiso respiratorio severo.

Pacientes en quienes se ha iniciado la terapia antirretroviral y reaparecen los síntomas respiratorios después de una mejoría inicial (síndrome de reconstitución inmune o IRIS). Este patrón también se ha descrito en pacientes sometidos a trasplante de médula ósea.

En todos los casos, el examen clínico evidenciará solo la disnea, cuando está presente, y tos seca, dado que la auscultación pulmonar suele ser normal.

En una tercera parte de los pacientes, pueden auscultarse crépitos basales, constituyendo un signo de mal pronóstico, por el gran compromiso pulmonar que éstos representan.

Diagnóstico: en el ámbito clínico, debe sospecharse la entidad en pacientes sintomáticos respiratorios, especialmente aquellos con disnea, tos seca e hipoxemia con o sin fiebre, y con presencia de factores de riesgo tales como: episodios de neumonía bacteriana recurrentes, infección por VIH con recuento de CD4 < 200 células/μL, carga viral elevada, presencia de candidiasis oral, pérdida de peso y antecedente de PCP.

Tratamiento: el medicamento de elección para el tratamiento de la PCP es trimetropin sulfametoxazol (TMP/SMX). Inicialmente, se administra por vía endovenosa, pero puede darse por vía oral ambulatoriamente en pacientes con enfermedad leve y moderada, y en aquellos que no presentan problemas para su absorción. El uso de corticosteroides es necesario en pacientes con un cuadro clínico severo, con saturación de oxígeno < 70 mmHg en gases arteriales al aire o diferencia alveolo-arterial > 35 mmHg. Debe iniciarse dentro de las primeras 72 h de inicio del antibiótico.

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